En la mitología griega, el dios Zeus creó un mítico recipiente, entregado como regalo de bodas a Pandora, quien se casaría con Prometeo, a quien el dios quería castigar por haber robado el fuego que entregó a la humanidad. Las instrucciones habían sido precisas. La caja no puede abrirse jamás. Sin embargo, la curiosidad de Pandora venció y abrió la tinaja. En ella Zeus había guardado todos los males del mundo, y cuando intentó cerrarla ya era demasiado tarde y los males habían salido.
Al igual que en el anterior relato, Petro abrió su Caja de Pandora, al anunciar en incendiario discurso en Cali, que convocaría a una Asamblea Constituyente con el fin de reformar la constitución del ´91. Inmediatamente se agitaron los comentarios y algunas posturas de aspecto constitucional sobre la posibilidad de presentar, tal y como está contemplado, la iniciativa de ley al Congreso para su aprobación por mayoría en ambas cámaras sujeta a control previo de la Corte Constitucional. Una vez superado estos pasos se elegirán por votación popular los integrantes.
Poco, o nada, de profundidad, se le conoció a la propuesta. En total incoherencia, anunció cambiar las funciones de la rama legislativa, no por construir sobre ella, sino porque a su juicio, no le aprueban sus reformas. ¿Acaso no es la razón fundamental del Congreso? Debatir, discutir y votar a favor o en contra. Hipotéticamente, el Congreso que no esta votando las reformas, fue elegido por 18 millones de constituyentes, lejos de los 11 millones que Petro anuncia son los suyos.
Germán Vargas Lleras dio continuidad a la Caja de Pandora destapada por Petro y considero interesante formar parte del mecanismo. Así las cosas, algunos pensadores de ideologías de centro y centro derecho podrían esta de acuerdo en que sea la oportunidad de una verdadera reforma constitucional. La iniciativa podría hacer cambios en la conformación y fortalecimiento de los partidos tradicionales. Se podrían eliminar aquellos que mediante asociación han creado movimientos como el mismo Pacto Histórico. También una asamblea constituyente puede cambiar ideológicamente el actual estado de derecho, de una concentración centralista y abultado estamento burocrático, hacia un estado más pequeño, de defensa a la propiedad privada y derecho fundamental de reglas de juego que incentiven la inversión, y no el estado derrochador que hoy conocemos, envuelto en rampante corrupción. Podría legislarse sobre la verdadera razón de los ineficientes entes de control y la misma Fiscalía de la Nación.
El guion escrito por Hugo Chaves de convocar Asambleas Constituyentes, emulado en Bolivia y Nicaragua, tuvo un revés en la citada por Gabriel Boric en Chile en 2023. Después de cuatro años de intentar cambiar la Constitución Chilena, promovida por el mismo fenómeno chileno de estallido social, del mismo guion chavista, que vivió Colombia en 2021, fue rechazada en primera instancia por un 62% y en segunda instancia por el 55% en contra.
Quizás Petro no midió, al igual que Pandora, lo que podría pasar al abrir la Caja, al dejar escapar los malos espíritus. Sin embargo, a Colombia, al igual que en la historia mitológica, le queda el ultimo que se encontraba en el fondo de la tinaja; el Elpis, la esperanza, traducida coloquialmente en “La esperanza es lo último que se pierde”.
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.