Mientras que la geopolítica se fundamenta en el empleo de la diplomacia, el poder político y militar; la geoeconomía utiliza como en el pasado colonial, grandes inversiones de capital en la industria, el comercio, las comunicaciones, el transporte, la infraestructura y la agroindustria de donde se surte de materias primas y de diversos productos como el petróleo, el carbón, el café, el azúcar, que adquieren a precios irrisorios como consecuencia del intercambio comercial no equivalente de mercancías, amparados con los acuerdos como el TLC, que los organismos internacionales como la OMC los utiliza como instrumentos de presión y avasallamiento del gran capital monopolista de Estado y transnacional para imponer sus políticas de corte imperialista a los países dependientes desde el punto de vista económico, político y militar.

Un ejemplo ilustrativo de esta situación lo constituye la pretensión del presidente Trump de apropiarse de la isla de Groenlandia y del control del canal de Panamá, adquiriendo de la compañía Blackrook los derechos de propiedad y de manejo de los puertos de Balboa y de San Cristóbal que se encuentran en ambos lados del canal de Panamá; lo cual tiene como objetivo asegurar el control del comercio marítimo por dicha zona, además de contrarrestar la influencia de China en el área del canal. Entretanto el gobierno panameño se prepara para aliarse con los planes y proyectos del gobierno norteamericano.

Para algunos estudiosos de este tema, la actitud asumida por el gobierno del presidente Trump, obedece en términos generales a la necesidad que tienen los Estados Unidos de Norteamérica de recuperar su hegemonía económica y política en el mundo capitalista globalizado bajo la consigna de “América first” que en otras palabras significa América primero., con lo cual se pretende –según se dice, recuperar la grandeza al país del norte. Circunstancia esta que linda con el hecho de que los Estados Unidos de Norteamérica entró en una etapa de declive, caracterizado por el bajo crecimiento de la economía del capitalismo global de nuestro tiempo.

En la actualidad el inquilino de la Casa Blanca ha decidido tomar nuevas medidas proteccionistas, no obstante expresar su interés por realizar negocios con otros países, que en el fondo tienen por objeto beneficiar a los monopolios nacionales que deben enfrentar la competencia a nivel internacional, lo que podría suscitar en el inmediato futuro represalias de los gobiernos de otros países contra los Estados Unidos, partidarios de la liberalización de las relaciones comerciales, las cuales se oponen a la imposición de altos aranceles para los productos, bienes y servicios que son objeto del intercambio comercial a nivel mundial.

La geoeconomía basada en el proteccionismo no solo genera aislacionismo sino estancamiento de la economía, al tiempo que los gobiernos basados en los principios neoliberales, ajenos a toda intervención estatal tienden a profundizar la desigualdad económica y social dejando millones de personas sin empleo estable y duradero; en tanto que los verdaderos beneficiarios son los detentadores del gran capital monopolista de Estado y transnacional, que se queda con la mayor parte de la riqueza social de los países dependientes.

Y de ahí la necesidad de que las fuerzas democráticas y progresistas de los países dependientes constituyan un gran frente común de cooperación y de ayuda mutua acorde con sus intereses y necesidades comunes, encaminados a garantizar los cambios indispensables y necesarios para liderar la gran batalla por la autonomía de los pueblos de las decisiones políticas, económicas y militares que las potencias imponen a los países dependientes como resultado de su dominación y explotación económica del trabajo y del territorio de los países subyugados que integran el mundo capitalista globalizado.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

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