En las últimas décadas, las universidades colombianas han experimentado una transformación de gran relevancia, posicionándose entre las mejores de América Latina. Según el ranking QS World University Rankings, varias instituciones en Colombia han escalado posiciones y se destacan por la calidad de su educación. A pesar de esta mejora sustancial en la formación académica, los graduados colombianos se enfrentan a un panorama laboral complicado. ¿Por qué, a pesar de su preparación, es tan difícil para ellos encontrar empleos satisfactorios, y por qué muchas empresas prefieren la contratación de extranjeros? Y el otro dilema, los egresados de Universidades públicas vs la privadas, en la consecución de empleo, hasta la década de los 80, los públicos eran los apetecidos, allí estaban los genios de la industria petroquímica, ingenios, multinacionales, etc, ahora es diferente.
El contraste es evidente: existen miles de graduados altamente capacitados, con formación en instituciones de prestigio, que luchan por conseguir buenos empleos. Las causas son variadas y complejas. En primer lugar, el mercado laboral colombiano enfrenta un desajuste entre la oferta y la demanda. Mientras que muchas empresas buscan candidatos con habilidades específicas, a menudo los programas educativos no están completamente alineados con estas necesidades del sector productivo. Este desfase genera una brecha que deja a muchos graduados sin el conocimiento práctico requerido para desempeñarse eficientemente en sus áreas.
Un estudio realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reveló que más del 50% de los empleadores en Colombia valoran las habilidades blandas, como la comunicación eficaz, el trabajo en equipo y la adaptabilidad, tanto como las habilidades técnicas. Muchos graduados, a pesar de haber adquirido una sólida formación técnica, no logran destacarse en estas áreas interpersonales, lo que limita sus oportunidades de empleo. Las universidades, aunque han avanzado en los aspectos técnicos, aún deben dirigirse con mayor firmeza hacia la formación integral que contemple estas competencias.
Por otro lado, muchas empresas en Colombia están optando por contratar talento extranjero. Este fenómeno, aunque ha sido perceptible en diversos sectores, se ha intensificado en áreas como tecnología y negocios. Los empleadores argumentan que los profesionales extranjeros, en muchos casos, poseen una experiencia diversa y habilidades que parecen ser más sofisticadas, a menudo adquiridas en contextos empresariales globales.
Además, hay una percepción en algunas organizaciones de que el talento foráneo trae consigo una visión fresca e innovadora, y más aún si ese “candidato” habla uno o varios idiomas, lo que podría resultar en una ventaja competitiva. Este enfoque, sin embargo, puede estar mal informado o subestimar el potencial y la creatividad que pueden aportar los profesionales colombianos, quienes, tras años de formación, están igualmente capacitados para contribuir de manera significativa.
Ante esta realidad, es crucial que tanto el estado como las empresas asuman un papel activo en la reconfiguración del sistema educativo y del mercado laboral. Es fundamental que se establezcan alianzas estratégicas entre universidades y sectores productivos para que la formación académica esté en sintonía con las demandas del mercado. Asimismo, se debe fomentar la inclusión de graduados colombianos en roles clave dentro de las empresas, brindándoles las oportunidades que merecen.
Mediante programas de formación continua, prácticas laborales y mentorías, se pueden fortalecer las habilidades blandas y técnicas de los graduados, haciéndolos más atractivos para el empleo. Además, los incentivos fiscales para empresas que contraten talento local podrían estimular mayor contratación de colombianos.
Colombia cuenta con un capital humano altamente calificado, pero la difícil situación laboral de los graduados plantea una serie de interrogantes que deben ser abordadas urgentemente. El camino hacia la mejora del mercado laboral no está exento de desafíos, pero es un objetivo necesario para garantizar un futuro próspero y justo para todos los ciudadanos del país. En un mundo cada vez más globalizado, es imperativo que las empresas no solo reconozcan, sino que también valoren el talento colombiano, construyendo un entorno económico inclusivo y equitativo.
¿Qué factores deberíamos considerar al decidir si contratar profesionales colombianos o extranjeros, y cómo estos factores pueden influir en la innovación, la diversidad y el rendimiento en el entorno laboral de una empresa en Colombia?
Personalmente valoro, confío y creo firmemente en la gran capacidad de los profesionales de mi patria, son calidosos, de exportación, con gran talento y dedicación; primero lo primero y después, bienvenidos todos los profesionales extranjeros.
Habrá que seguir con la lupa puesta..!
Comunicadora y Periodista - [email protected]