COP16, la Cumbre de la Reconciliación
Es un honor para mí darles la bienvenida a la COP16, un evento que marca un momento decisivo para la humanidad. Hoy, más que una cumbre ambiental, estamos frente a una oportunidad única para transformar la historia. Porque esta COP16 no solo será recordada por las decisiones que tomemos sobre la biodiversidad o la sostenibilidad, será recordada por algo aún más profundo: la reconciliación.
Hablemos con franqueza. En los últimos años, nuestras sociedades han enfrentado divisiones, conflictos, y profundas heridas, tanto entre las personas como con la naturaleza. Colombia y Latinoamérica no han sido la excepción.
La degradación ambiental que hemos causado es también una manifestación de una desconexión más profunda, una ruptura con los equilibrios esenciales que nos sostienen como humanidad. Las economías ilegales, como la industria de la cocaína, la minería ilegal y la crisis migratoria son algunas de las principales amenazas a la diversidad biológica del planeta. Hemos sido testigos silenciosos de cómo los ecosistemas han sido explotados sin medida. Hemos presenciado cómo comunidades enteras han sido desplazadas; cómo la pobreza y la inequidad siguen lacerando nuestras sociedades.
Por eso estamos hoy aquí, porque creemos en la posibilidad de sanar todos estos males. Esta COP16 tiene la capacidad de ser el escenario donde no solo reconciliemos nuestras acciones con la naturaleza, sino también nos reconciliemos entre nosotros como seres humanos, habitantes de una misma tierra. Reconciliar nuestras ciudades y naciones.
Las ciudades tenemos la responsabilidad más grande con la conservación de la biodiversidad en el planeta. El 80% de la población mundial vive en las ciudades y nuestro comportamiento está atentando contra las fuentes de vida que garantizan nuestro bienestar. Las islas de calor, la urbanización no planificada, la baja cobertura arbórea, son solo algunas de las consecuencias que recaen en nosotros y algunas más graves como el agotamiento de las fuentes hídricas en ciudades tan emblemáticas como Johannesburgo, Pekín y Ciudad de México.
Cali, una ciudad mega-diversa y la capital pacífica de Colombia, es un símbolo vivo de lo que significa la reconciliación. Hace tres años, nuestras calles fueron escenario de tensiones, de dolores profundos que estallaron luego de años de desigualdad y de falta de oportunidades. Hoy, estamos, entre todos, recuperando a Cali. Transformándola en una ciudad de esperanza, donde estamos trabajando para superar esas heridas y recuperar el lugar de Cali entre las ciudades más representativas de América Latina, donde cada esfuerzo es un paso hacia una sociedad más justa, más incluyente.
Cali se conecta con uno de los ecosistemas más estratégicos del planeta: El Chocó Biogeográfico, un corredor natural que atraviesa cinco países, y un activo biodiverso que pocos conocen. Este ecosistema no ha tenido la atención global que merece, a pesar de su importancia para el mundo. Por esto, hoy nuestra ciudad invita al mundo a comprometerse con la conservación de este gran tesoro natural. Estar aquí geográficamente ubicados convierte a Cali en una potencia ecológica.
Somos epicentro pluriétnico y multicultural. Bailar, hace parte de nuestra esencia.
Entre las más de 550 especies de aves que se pueden avistar en Cali, hay una que baila al ritmo de la salsa: el Tororoi Bailador, que fue descubierto hace siete años.
Somos la ciudad de los 7 ríos, con más de 280 arroyos y 2 mil nacimientos de agua. Desde los bosques urbanos hasta las áreas protegidas se percibe la riqueza de nuestra flora y fauna, que viste nuestra ciudad con los colores de 350 mil árboles como los guayacanes y con los cientos tonos de verde de nuestro mayor tesoro: El Parque Nacional Natural Los Farallones, uno de os lugares más megabiodiversos del Mundo.
Somos una biodiver-ciudad, y esto implica que todos asumamos una mayor responsabilidad para conservar nuestra riqueza natural y fortalecer las comunidades afrocolombianas e indígenas que por generaciones se han dedicado a cuidar nuestro territorio. Desde las ciudades nuestro trabajo debe ser integral, porque la explotación ilegal de los recursos no solo destruye el ambiente, sino que provoca tensiones sociales, despoja a las comunidades y agrava la desigualdad.
Qué mejor lugar que Cali para ser el epicentro de esta COP de la Reconciliación. Reconciliarse es sanar, es restaurar lo que se ha perdido. Y esta COP de la Reconciliación es la oportunidad para sanar heridas, para reconocer las diferencias, y para construir un futuro juntos donde exista justicia social, bienestar y armonía con la naturaleza. Un futuro en el que el desarrollo y la sostenibilidad sean compatibles. En el que la conservación no sea un obstáculo, sino una oportunidad para avanzar, para crecer sosteniblemente.
Los ojos del mundo están puestos hoy en Cali y en Colombia. Y desde aquí, en medio de esta tierra fértil, desde esta ciudad vibrante, hago un llamado al mundo y a los líderes presentes, para abandonar los mensajes de odio y de división, y reemplazarlos con mensajes de unión y trabajo conjunto. Nosotros lo hemos venimos haciendo en Cali. Unimos esfuerzos para recuperar el rumbo de nuestra ciudad, para reconciliar nuestra sociedad e impulsar una mayor conciencia ambiental.
Como parte de esto formulamos un plan maestro ambiental para alinear el crecimiento urbano con la protección de nuestra biodiversidad y así ser una Cali sostenible. Este plan tiene la meta de disminuir en los próximos años, en un 30%, las emisiones de gases de efecto invernadero con aportes desde cada sector; desde la cultura, la infraestructura, la academia, hasta la movilidad. Hemos iniciado una ruta hacia la descarbonización.
Un plan a través del cual, también damos golpes contundentes a quienes atentan contra nuestra biodiversidad. En los últimos meses hemos logrado el cierre de la mina ilegal más grande en la historia de Colombia en nuestro Parque Nacional Natural de los Farallones, capturando a quienes atentan contra nuestros recursos y reconciliando a quienes antes eran explotadores convirtiéndolos en guardianes de nuestra naturaleza.
Nuestra visión es hacer en este parque natural, el Centro De Investigación Científica Para La Biodiversidad y fortalecer el turismo regenerativo con la participación de la comunidad para salvaguardar este ecosistema. Esto lo haremos de la mano del Instituto Humbolt, de las universidades de Cali, y de cualquiera de ustedes que nos quiera acompañar en este propósito. Este será un piloto replicable para preservar la naturaleza de las amenazas que representan las economías ilegales.
A todos los que nos visitan, les agradezco por estar aquí, en esta ciudad que está comprometida con la transformación, la Agenda 2030 y un futuro sostenible. Cali los recibe con los brazos abiertos, con una agenda de más de 200 eventos para la ciudadanía, que la convierten en la COP de biodiversidad con la mayor participación ciudadana de la historia.
Una cumbre donde los negocios verdes, las soluciones basadas en la naturaleza, la educación ambiental y la riqueza natural y cultural de nuestra región, invitan al mundo a trabajar en la transformación de nuestra ciudad y el planeta que queremos restaurar y preservar. Que esta COP16 sea recordada no solo por las soluciones técnicas que aquí discutamos, sino por haber sido el lugar donde se le da la relevancia que merece la diversidad biológica que es fundamental para salvaguardar la vida.
Gracias al Gobierno Nacional de Colombia y a las Naciones Unidas por haber confiado en Cali y en su gente, para ser la sede de este evento de trascendencia para la humanidad.
Porque Cali es donde debes estar. Y la reconciliación es el primer paso hacia la sostenibilidad, hacia la justicia social y ambiental.
Bienvenidos a la COP16, la Cumbre de la Reconciliación