En el primer bimestre de 2025, Colombia, según el Dane, registró un déficit comercial de US$2.520 millones, un aumento del 36,48% frente al mismo periodo de 2024 (US$1.846,2 millones). Las exportaciones aumentaron un 1.68% anual (US$7.557 millones vs. US$7.432,1 millones en 2024). Sin embargo, este crecimiento fue poco para compensar el alza en las importaciones. La caída del 17.5% en las ventas externas de combustibles y productos extractivos en febrero, junto con la pérdida del petróleo como principal fuente de divisas, limitaron el desempeño.

Las importaciones crecieron un 8.61% (US$10.077 millones vs. US$9.278 millones en 2024). En febrero, el aumento fue del 10.5%: Combustibles y extractivos (+51,7%) debido a problemas de refinación local. Manufacturas (72% del total), especialmente dispositivos electrónicos como semiconductores (+179,3% desde China). Bienes agropecuarios y alimentos (15,1%).

El aumento del déficit comercial de Colombia en el primer bimestre de 2025, que creció un 36,48% respecto al año anterior, implica varias consecuencias negativas para la economía. Refleja una mayor dependencia de productos extranjeros, especialmente manufacturas y dispositivos electrónicos importados de China, mientras que las exportaciones apenas crecieron y la caída en las ventas de combustibles y productos extractivos, junto con la pérdida del petróleo como principal fuente de divisas, limitó la capacidad de compensar el alza en importaciones.

Balanza comercial

País Déficit/Superávit (US$ millones) Principales productos importados

 

CHINA -2.431 (mayor déficit) Semiconductores (+179,3%), vehículos
 

EE.UU.

 

-299.9

 

Gasolina, aceites ligeros

 

MEXICO

 

-155

 

Bienes manufacturados

 

ECUADOR

 

+108

 

Productos agrícolas y manufacturas

 

VENEZUELA

 

+55

 

 

Combustibles y químicos

 

Hubo caída en exportaciones de combustibles, pues la producción petrolera disminuyó, y las remesas superaron a los ingresos por hidrocarburos en febrero por primera vez desde 2003.

Se presentó una reactivación económica interna al aumentar la demanda de bienes importados, especialmente insumos industriales y combustibles.

La guerra comercial global presionó el alza de los precios de importación y redujo la demanda de productos colombianos en mercados clave.

El salto en compras de semiconductores chinos (+179.3%) refleja la falta de capacidades productivas locales en sectores estratégicos.

Fedesarrollo estima que el déficit en cuenta corriente llegará al 2.7% del PIB en 2025, 0.9 puntos más que en 2024. Y según los expertos para reducir el déficit comercial, el gobierno podrí:

Fortalecer las exportaciones. Priorizar acuerdos comerciales con economías emergentes y bloques regionales para reducir la dependencia de EE.UU. y China.  Implementar mecanismos como el Drawback (reembolso de impuestos a exportadores) para sectores con valor agregado (industria, agroindustria, servicios).  Invertir en exploración y tecnología para recuperar la producción de hidrocarburos, principal fuente de divisas. Aplicar aranceles temporales a productos que compitan con la industria nacional, especialmente en sectores como textiles y electrónicos. Modernizar refinerías como la de Cartagena para reducir la importación de gasolina y diésel, que representan el 12.9% de las compras externas. Acelerar proyectos como el puerto de Urabá y corredores viales para abaratar costos de exportación. Crear alianzas público-privadas para desarrollar capacidades en producción de semiconductores y reducir la dependencia de China en este rubro (+179,3% en importaciones). Simplificar trámites para proyectos en sectores no extractivos, siguiendo el modelo de Costa Rica en manufactura avanzada. Mantener un tipo de cambio competitivo para hacer más atractivas las exportaciones no tradicionales. Redirigir subsidios hacia programas de productividad agrícola e industrial, especialmente en cadenas de café y frutas exóticas.

Estas medidas necesitan coordinación entre el Ministerio de Comercio, la Dian y el Banco de la República, además de diálogo con gremios productivos. Según proyecciones, una implementación efectiva podría reducir el déficit comercial a 1.8% del PIB en dos años.

Esta situación puede presionar la estabilidad del peso colombiano, aumentar la vulnerabilidad frente a choques externos y dificultar la acumulación de reservas internacionales, además de evidenciar un deterioro en la llegada de inversión extranjera y riesgos para la competitividad de la industria local. Si no se corrige la tendencia, el país podría enfrentar mayores presiones fiscales y de deuda, afectando su crecimiento y estabilidad macroeconómica

Ana Lucia Arango M