La Comisión Séptima del Senado de Colombia decidió archivar la reforma laboral del Gobierno de Gustavo Petro, con ocho votos a favor y seis en contra. Este revés no solo marca el tercer proyecto importante que el Congreso rechaza, sino que también pone en evidencia las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo.

La reforma laboral, una de las promesas de campaña de Petro, buscaba mejorar las condiciones de los trabajadores y revertir las desigualdades generadas por políticas anteriores. Sin embargo, los críticos argumentan que sus disposiciones, como el aumento del recargo en días de descanso y la redefinición de la jornada nocturna, podrían ser insostenibles para las pequeñas y medianas empresas, que constituyen la mayoría del tejido empresarial colombiano.

El debate en el Senado fue intenso, con manifestaciones convocadas por el presidente Petro para presionar a los legisladores. A pesar de esto, los ocho senadores que firmaron la ponencia de archivo mantuvieron su postura, asegurando que la reforma no era viable en su forma actual.

Resumen de la actuación de los senadores en el debate:

Norma Hurtado (Partido de La U): Instó al diálogo y la concertación, apoyando una ponencia alternativa del proyecto. Enfatizó su rol como congresista para escuchar, debatir y aportar al país.

Fabián Díaz (Alianza Verde): Defendió el proyecto, argumentando que los costos laborales, como el pago dominical, no quebrarán empresas y criticó posturas mezquinas.

Wilson Arias: Resaltó que los contratos de aprendizaje para jóvenes están respaldados por tratados internacionales y legislación, negando que refuercen la desaparición de empresas.

Martha Peralta (Pacto Histórico): Apoyó el proyecto destacando su enfoque en la dignificación del trabajo y la reducción de desigualdades económicas.

Ferney Silva (Pacto Histórico): Defendió la reforma afirmando que recupera derechos laborales perdidos y cuenta con aval fiscal.

Honorio Henríquez (Centro Democrático): Se opuso al proyecto, alegando que no genera empleo y criticó al presidente Petro por incitar violencia.

Miguel Ángel Pinto (Partido Liberal): Como coordinador ponente, afirmó que el proyecto carece de viabilidad fiscal y está mal estructurado.

Berenice Bedoya (ASI): Ratificó su postura negativa pese a amenazas y ataques. Acusó al Gobierno de intimidación, mientras Petro la criticó por “traicionar al pueblo”.

Ana Paola Agudelo (MIRA): Denunció hostigamiento por parte del presidente Petro debido a sus reparos religiosos hacia el proyecto.

Senadora Ríos: Cuestionó la falta de aval fiscal del proyecto y criticó la ausencia del Ministerio de Hacienda en el debate.

Consecuencias y Reacciones

El hundimiento de la reforma laboral suma a las derrotas del Gobierno en materia de reformas, después de que también se archivaran las propuestas de salud y tributaria. La oposición argumenta que estas reformas no abordan los problemas de raíz y podrían tener efectos negativos en el empleo formal y la economía.

Ante este escenario, el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, anunció que el Gobierno prepara nueve decretos para implementar parte del articulado de la reforma y planea una consulta popular para revivir el proyecto. Estos decretos aún están en revisión jurídica y su contenido no ha sido revelado.

Perspectivas Futuras

La consulta popular, que se espera se realice en los próximos meses, podría ser un salvavidas para la reforma laboral. Sin embargo, la oposición ya ha expresado su intención de impulsar nuevas iniciativas legislativas para mejorar el mercado laboral sin los efectos negativos que se atribuyen a la propuesta original.

En resumen, el hundimiento de la reforma laboral no solo es un revés político para el Gobierno de Petro, sino también un llamado a replantear cómo abordar los problemas  del mercado laboral colombiano. La batalla por mejorar las condiciones de los trabajadores seguirá, pero ahora a través de decretos y una posible consulta popular.

Y lo cierto es que mientras no haya un plan de desarrollo económico de largo plazo, que crezca el PIB per capita de US 7.000 / año a cifras como Chile o Argentina del orden de US 14.000 per capita , en un entorno latinoamericano y sub desarrollado, no hay manera de derrotar el gran problema laboral colombiano: DESEMPLEO E INFORMALIDAD

Comité editorial