COP 16: El 2030 es ahora

Después de dos semanas de deliberaciones, los representantes de los países invitados, sus comitivas y asistentes superior en número a 15,000 personas en todas las zonas previstas y la destacada presencia del secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, lamentablemente no hubo acuerdo entre los países ricos para financiar la perdida de naturaleza. 

Como era de esperarse la hoja de ruta al 2030 quedó inconclusa. Vale la pena destacar la intención ideológica del progresismo global en preocupación del medio ambiente, pero la ausencia de los grandes contribuyentes, tanto en emisiones como en recursos, dejó un sin sabor de una verdadera agenda ambiental como política de estado. 

Colombia tampoco fue la excepción. La incoherencia de los tratados de Escazú, la entrega del manejo del recurso hídrico continental y marino costeras a comunidades ancestrales en contravía a lo ejecutado bajo principios de eficiencia técnica de las corporaciones autónomas, reconversión, integridad ecológica y restauración multifuncional sin meta financiera y planificación territorial seguirá siendo una quimera.  

No así lo que en Colombia cientos de miles de empresas, desde la pequeña hasta los complejos agroindustriales y fundacionales ejecutan con recursos propios y algunas partidas de cooperación internacional. 

Los ejemplos, por mencionar algunos, son abundantes y se replican en todo el país.  

En Marzo 2022, el Fondo Bezos Earth, iniciativa del fundador de Amazon, Jeff Bezos, comprometió US $ 17 millones para apoyar el banco de germoplasma y la ciencia para la mitigación del cambio climático mediante la captura de carbono utilizando los sistemas de las raíces de las plantas. La creación de la Biblioteca genética Semillas del futuro será administrada por el CIAT en Palmira y la Alianza de Biodiversity International.

El sector agroindustrial del azúcar bajo la coordinación de Asocaña, Procaña y en alianza principal con The Natural Conservancy (TNC), financiados por 13 ingenios, comprende acciones de capacitación en manejo de recursos naturales y producción sostenible, coordina el beneficio a más de 150 acueductos veredales, protección de 26 cuencas hidrográficas del valle geográfico del rio Cauca, protección de páramos y sistemas agroforestales. 

Cada uno de los ingenios a su vez son generadores de energía renovable aportando, a través de procesos de cogeneración, 1800 GWh, equivalente a la demanda de una ciudad de un millón de habitantes.

El ejemplo de Ingenio Providencia con la protección de la Reserva Forestal Protectora del Rio Amaime en extensión de 414 hectáreas, conservando 30 nacimientos de agua, 200 especies de aves, 450 especies de flora y regeneración de bosques nativos, es tan solo un referente de acciones que emprende el sector productivo, como modulo excepcional de compromiso ambiental.

En magistral conferencia dictada por la bogotana Paula Caballero, creadora del concepto de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y directora regional para América Latina de la TNC, en uno de los talleres de la COP 16, enfatizó la importancia de protección de los ecosistemas de la Orinoquia colombiana, fundamental para Colombia y el mundo, la cual alberga una biodiversidad excepcional, siendo la segunda cuenca más biodiversa del planeta e instó en la articulación de recursos financieros, tanto públicos como privados. 

Fue clara en expresar que no hay tiempo que perder en interminables discusiones ideológicas de agenda estatal ambiental. El 2030 es ahora. Por ello invitó al sector privado y financiero en generar las transformaciones necesarias. 

Felicitaciones al alcalde Eder y la gobernadora Dilian Francisca Toro, en permitir la visualización de Cali, el Valle del Cauca y Colombia, por el éxito obtenido de la COP 16 como sede anfitriona, marcando un “antes y después” de la ciudad región convertida en ejemplo de civismo, compromiso ambiental y biodiversidad global.