El diablo condenará a Santos

Por Moisés Banguer… el Sáb, 03/09/2016 - 6:26am

Por Moises Banguera Pinillo

Por muchos años Colombia ha mantenido una violencia sostenida que por cruel y terrorista que haya sido no la podemos calificar como guerra, fueron unos alzados en armas que en principio se sublevaron  contra el estado y luego se volvieron delincuentes, luego narcotraficantes, luego minería ilegal y por ultimo pobres contra los pobres.

 

La violencia Colombiana tuvo una reducción enorme durante los años 2005 al 2010, gracias a la modernización de nuestras fuerzas militares impulsadas a partir del plan Colombia y consolidadas durante los años 2001 al 2005 y la implementación de la seguridad democrática, que en su esencia era autoridad y acción del estado de derecho para reinsertar y someter a los violentos.

Estas políticas y acción del estado tarde que temprano en su  génesis contenía que al final de la acción violenta los victimarios acudirían al gobierno y a la sociedad a pedir perdón, someterse a la constitución y ésta en contraprestación se comprometía a solucionar las causas sociales, reducir la pena privativa de la libertad e implementar la reinserción de los combatientes.

El señor Juampa invirtió la ecuación y con el sofisma que los violentos no fueron derrotados por el estado, este no tenía legitimidad para exigirles en la mesa de negociación. Pero se olvido el presidente que las farc estaban replegadas, asfixiadas y escondidas y que tampoco y mucho menos vencieron al estado y por lo tanto no tenían legitimidad para exigir condiciones diferentes a los demás colombianos.

Nos quieren vender la entrega en la Habana con: Sofismas como que el país va a mejorar su tasa de crecimiento como causa del acuerdo de paz. Mentiras!. Esto es igual cuando nos dijeron que con la ley de regalías crecería el progreso de la nación y siempre me pregunte. Como va a crecer el desarrollo del país por solo crear una ley?, Igual ahora no entiendo porque va acrecer el país por que se desmovilizan 7.000 violentos si antes se desmovilizaron 53.000 y antes que crecer ya vamos para crecimiento económico negativo, paja!, el crecimiento del PIB no cambiara por efecto del pomposo pero frágil acuerdo de la Habana y, usted pobre colombiano seguirá igual o tal vez peor porque se le subirán 3 puntos de IVA.

Que el campo va a florecer, mentiras! El problema del campo no ha sido la violencia sino problemas estructurales de infraestructura, comercialización, políticas y recursos,  o que pasó con el campo antes del frente nacional o de las guerras campesinas partidistas. O es que por arte de magia las vías terciarias del país se insertaran a la infraestructura colombiana?, el área agrícola cultivada crecerá porque los campesinos tendrán recursos y capacidad comercial por la firma del acuerdo de la habana?. NO! Seguirán las mismas trochas, la misma o peor explotación de los campesinos en la comercialización, la misma pobreza, las importaciones y el desgobierno local y nacional. Si ahondo un poco mas creo que el campo se emporara porque los violentos se creerán dueños del futuro de los campesino, gracias a que Juampa negocio la agenda agraria con ellos.

Ni más ni menos,  quienes votaran por el sí en el plebiscito serán cómplice de Juampa en el futuro que nos espera como nación, estaremos enviando un mensaje a las generaciones futuras que la democracia se negocia, que las leyes son para los de ruanas, que ser violento paga, que el estado es débil y por lo tanto son las instituciones como la familia, la nación, el estado de derecho, la sociedad y por consiguiente la soberanía.

Los que reclaman por una nación incluyente, sin discriminación, equitativa y progresiva. Que piensan cuando los de la Habana con 260.000 muertos podrán estar haciendo las leyes para condenar de por vida políticamente a quien ejecute lesiones personales, o aprobando el presupuesto para construir las cárceles que atacaran el hacinamiento carcelario para que quien se haya robado una gallina pague cárcel con uniforme. O que pensaran los mineros ilegales que se les quema o destruyen los equipos en una ataque directo al poder económico ilegal, cuando esa misma fortuna de dinero maldito se legalizo en la habana y será usada en la compra del poder político regional.

El poder político se arrodillo a Juampa y a los dineros del presupuesto actual llamado “mermelada” y a los supuestos dineros del posconflicto; al poder judicial le suplantan la justicia transicional pero le importa más seguir acumulando poder del pensamiento contra el establecimiento económico; los empresarios tienen temor de Juampa y de la venganza; el pueblo está rogando a dios para que no nos pase lo de Venezuela; la iglesia timorata esta con dios y con el diablo; los medios les interesa más los billones de mermeladas, los intelectuales están en su salsa. Siendo así, solo podrá salvarnos el presidente Álvaro Uribe Vélez como siempre, el único que tiene pantalones y rodilleras bien puesta frente a los violentos, a la diplomacia superflua internacional, a los medios arrodillados y a los políticos acomodados. De lo contrario Enrique Santiago (negociador español de las farc) se muere de la risa porque embobo a los juristas colombianos a Juampa, y De la Calle y nos meterá por la frontera con Venezuela el socialismo del siglo XXI.

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