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Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.
Al fin estamos viendo luz al final del túnel. Las últimas estadísticas de la pandemia, tanto globales como locales, muestran tendencias decrecientes de contagio y fallecimientos. La vacunación empieza a mostrar avances. Estados Unidos celebró la presente semana haber vacunado 50 millones de norteamericanos. Israel ha vacunado el 50% de su población, Reino Unido el 25 % y en América Latina lleva la delantera Chile con el 12%.
Colombia ya inició el proceso. Aunque, fue estrambótico, folclórico, ridículo y risible recibir las primeras vacunas envueltas con la bandera, y aun peor, el afán protagónico de gobernantes, funcionarios posando para la foto de los primeros vacunados, la primera fase, dirigida a colaboradores del sector salud y adultos mayores, va por buen camino.
En pocos meses un alto porcentaje estará vacunado y retornaremos paulatinamente a una nueva normalidad. A ese nuevo concepto de vida que la pandemia hizo nos reinventáramos.
El comercio tradicional, el mas afectado, ha evolucionado. Las ventas, a través de canales y plataformas electrónicas, complementado con eficientes servicios domiciliarios encontró estabilidad. Los centros comerciales se convertirán en sitios de encuentro, entretenimiento, recreación y gastronomía. Las salas de cine, afectada por los servicios de distribución digital de contenido multimedia, encontrarán otra alternativa. Las grandes tiendas se transformarán ante la realidad cambiante del comprador e inclusive el cierre de oficinas bancarias es inminente ante la facilidad de realizar operaciones a distancia empleando amigables y aplicaciones de utilización cómoda y a cualquier hora. La pandemia nos sacudió de arraigadas costumbres de atesorar bienes de lujo, relojería, joyería, suntuoso vestuario, entre otros, cambiando por elementos, comestibles y actividades que brindan salud y bienestar.
Los vehículos se usarán menos, los cambiaremos con menor frecuencia, caminaremos más, utilizaremos mas servicios de transporte masivo y encontraremos en la bicicleta movilidad, ejercicio y aprovechamiento del entorno natural.
Lo anterior nos llevará a generar mayor ahorro. Demandaremos mejores viviendas, nos ejercitaremos más, realizaremos más actividades deportivas, viajaremos más por carretera dentro del país disfrutando la belleza natural, tradición de pequeños pueblos y exquisitez de la heterogénea gastronomía regional.
Pese a las discordes voces de pesimismo de algunos observadores, que como búhos y lechuzas, categorizadas aves de mal agüero de la antigüedad, presagiaban desastres, la realidad es otra.
Las empresas han empezado a divulgar sus resultados financieros del año de la pandemia. Donde todo se veía gris, la realidad fue otra. Los conglomerados corporativos registran tendencias positivas y mejores indicadores que el año pre pandemia. Los mejores precios de petróleo, hidrocarburos y minería extractiva de oro y cobre aportaran necesitados recursos y tributos al país. El sector financiero, espina vertebral de la economía, superó el difícil año. El sector salud salió ileso y fortalecido. El sector de alimentos, agropecuario, agroindustria, los asociados con infraestructura y construcción, recibiendo cuantiosos recursos de inversión publica, son jalonadores económicos. Las recientes colocación de títulos valores han encontrado un mercado con capacidad y liquidez suficiente para sus emisiones, indicando confianza y optimismo en la economía, el país y su población.
Al estado le corresponde fortalecer facilitando iniciativas propias del esfuerzo privado e individual sin abusar de excesiva e inútil tramitología y onerosas e impositivas cargas tributarias y fiscales.
El año 2021 registrará indicadores económicos superiores al 2019 y nos hará olvidar el adverso 2020.