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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
Los niveles de pobreza y desigualdad social a los que se llegará con el impacto de la pandemia del coronavirus, se reflejara con mayor fuerza en los sectores más vulnerables de la sociedad y de los diferentes estratos de la clase media.
En este sentido se estima que en Colombia la pobreza se aumentará considerablemente mientras que las personas que habían logrado ascender en el escalafón social correspondiente a la clase media, se reducirán sustancialmente, incrementándose de esta manera la pobreza y la desigualdad social.
Esta situación no cambiará en mucho tiempo pues se prevé que la reactivación económica será muy lenta al igual que la recuperación de la mayor parte de los trabajos e ingresos, en tanto que la informalidad sobrepasará el 50% del total de la población laboral con casi 11 millones de personas en todo el territorio nacional.
Aunque en algunas circunstancias de modo, tiempo y lugar, un mayor crecimiento de la economía y una mejor distribución de los ingresos, ha contribuido a disminuir porcentualmente los índices de pobreza y desigualdad social.
En las condiciones de la sociedad capitalista el desempleo y la informalidad son fenómenos recurrentes y en cierta forma connaturales a su naturaleza económica y social. Así mismo el empleo es cada vez más difícil de conservar en tratándose de trabajadores no calificados y de aquellos que poseen incluso títulos profesionales o de técnicos o son especialistas en una determinada rama del conocimiento. Dicha situación se vuelve más crítica con los trabajadores que viven en el sector rural y en aquellas regiones en donde no llegan las ayudas del “Estado benefactor”.
En tiempos de la pandemia del COVID-19 programas como: familias en acción, jóvenes en acción e ingreso solidario, no impiden que amplios sectores de la clase media se reduzcan porcentualmente, previéndose que dicho fenómeno podrá alcanzar una cifra que sobrepasa el millón ochocientas mil personas al pasar del 67.6% al 62.8% de la población, aumentándose con ello la pobreza en un 30% de cerca del 34% de la población. (Portafolio, pág. 11, 4 de junio 2020).
No sobra advertir que con los mencionados programas sociales del gobierno y las ayudas temporales que se dispensan con ocasión de la pandemia en favor de las personas y empresas, esta circunstancia no evitará que se profundice la crisis económica que arrastra a miles de colombianos al abismo de la pobreza y con ello a un crecimiento y desarrollo negativo de la economía nacional, con lo cual la preocupación del gobierno por reducir la pobreza y la desigualdad social se convierte en un sofisma de distracción, no obstante el levantamiento del aislamiento social y la reactivación de las actividades en el campo de la industria, el comercio y de los servicios, en un afán desmedido por servir los intereses de algunos sectores económicos y políticos, sin atender las condiciones en que viven los colombianos impuestas por el régimen y sujetas a una mayor explotación económica del trabajo y a una menor estabilidad laboral que ya empezó a aflorar con las medidas dictadas por el presidente Duque en ejercicio de sus facultades excepcionales de declarar la Emergencia Económica, Social y Ecológica, con las cuales se agravará aún más la situación de pobreza y desigualdad social de los colombianos.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
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