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Moisés Banquera Pinillo
Los recursos naturales, el dinero, los bienes y servicios, incluidos los tangibles e intangibles, el conocimiento, es decir, los medios que forman, bienestar, felicidad, confort. Para su acumulación no distinguen raza, color, estrato, nacionalidad; ellos están a la espera o al alcance para los de raza negra, blanca, indio o mestizo y también para africanos, occidentales, orientales, americanos, campesinos etc.
Ah!, pero los medios que generan riquezas por naturaleza son exigentes, sólo se acumulan o forman ahorros, cuando encuentran habitas y personas con características, que según el escritor Juan Sebastián Celis, las define de la siguiente manera:
Aman lo que hacen, son los mejores en lo que hacen, tienen actitud ganadora, van más allá de lo esperado, gestionan su tiempo, toman iniciativas, son entusiastas, persiguen sus sueños con diligencia, son auto disciplinados, son asertivos, trabajan en equipo, toman riesgos, son competitivos, organizados, respetuosos, comunicativos, adecúan su entorno para el éxito, sueñan con ilusión su futuro, escuchan y aprenden, comprometidos con el cambio y sonríen mucho. Como se puede observar en la descripción de Celis, no hay requisitos de nacionalidad, religión o raza.
Muchos quieren lo mejor, pero no todos lo alcanzan, porque los bienes son escasos, de allí que aparecen los conflictos sociales a veces pacíficos y otros impregnados de violencia.
La mayoría de quienes protestan en las calles hablan mal, muy mal de los ricos, pero quieren que el estado a través de los impuestos, que cobra a los pudientes, arrebate de sus ganancias grandes sumas de dinero para hacer provisión de bienes y servicios e incluso, para transferirle directamente a los menos afortunados, como ocurre en Colombia con familias en acción, ingreso solidario, jóvenes en acción o el sistema solidario de salud etc.
Desde las Universidades, los medios y ONGs se rechaza demagógicamente al capitalismo, ocultando que ellos viven medianamente a costa del mismo sistema al que critican.
Para realizar los bienes y servicios, para crear los regímenes subsidiados, se requiere de la acumulación de riquezas, se necesita capital humano con las características mencionadas anteriormente. Entonces, protestar contra los ricos por la generación de riqueza, que mejora la vida de muchos protestantes es pegarse un tiro en el pie, es cavar su propia tumba. Otra cosa es protestar contra los abusos de poder, la falta de fraternidad e inclusión de los empresarios y hacer riqueza a costa de chuparse la sangre del obrero, incumpliendo los convenios de OIT en normas laborales y de convivencia.
Entre las características o requisitos para acumular riqueza o mejorar condición de vida, no aparecen como causa justa el racismo, la discriminación, pero organizaciones transnacionales disfrazadas en ONGs chuzan a grupos débiles en hacerles creer que su estatus de marginalidad de los estadios de riquezas, es culpa de la concentración de poder en pequeños grupos económicos, con el objeto de formar caos y ganar adeptos para profundizar la agenda globalista.
Todos los años, cuando se conocen las ganancias de los bancos, las cuales aparentemente son escandalosas, los opinadores y medios de comunicación se encargan de introducir veneno en el sentimiento de de la mayoría del pueblo. Lo sensato sería revisar cual es el margen de ganancia de los bancos, estoy seguro que ese margen no supera el 10% de la inversión, porcentaje de utilidad normal en cualquier negocio de consumo masivo y gran volumen de inversión.
Últimamente en Colombia se demostró que las comunidades del Pacifico se expresaron en favor de propuestas que en público aparentan odiar el sistema capitalista, inclusive el jefe de esas propuestas, solicitó públicamente a un empresario que entregara sus empresas ubicadas en el Cauca al estado, una forma de expropiación consentida. Ese no es el camino, por el contrario la costa pacífica requiere más y más capitalismo consciente e incluyente, más empresas, más inversión pública y más empleo formal.
La riqueza propia de la zona pacifico, como ha sido la minería no genera empleo y no genera grandes utilidades para acumular fortunas. Tampoco lo es la riqueza cultural, esta nos alegra y nos da autonomía e identidad.
El camino es emprender un plan estratégico ambicioso, que involucre varias décadas de buenos gobiernos. Los jóvenes o las generaciones presente tienen que reflexionar sobre el pasado reciente de su sociedad, como alguna vez, nosotros reflexionamos sobre el desarrollo económico de nuestros ancestros y observamos que la dinámica del tiempo nos exigía pensar más allá del pan coger.
Hoy la velocidad de los cambios sociales, se parece a la velocidad de la luz, los cambios son rápidos y extremos, hay que hacer economía sostenible individual o familiar, no deben esperar que el estado sea el promotor del desarrollo, él es un ente abstracto, que se dinamiza por el actuar de esos desarrollos individuales y colectivos, conformado por seres humanos.
Es imperativo no seguir pensando en economías falsas, en riquezas al estilo lotería, en riquezas sin sacrificios, en disfrutar la felicidad sin recordar el viacrucis del calvario, toca sufrir para sentir la satisfacción del éxito. Quienes han optado por ese camino, el destino o quien sea, ha puesto una estrella como premio a la resiliencia y como señal de felicidad y satisfacción por el deber cumplido. Hay oportunidades, hay que buscarlas y son para todas las razas, las nacionalidades y los estratos.
Nota: Nos creen tan bobos, que se hacen llamar alternativos o revelaciones, quienes ya gobernaron o han estados en el poder. Petro, Fajardo, Roy, Cristo, De la Calle, Galan, Benedetti, Camilo….