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Acaba de pasar una visita de los dignatarios del futbol con el Vicepresidente Angelino Garzón y a pesar de sus declaraciones positivas, aún existe la incertidumbre del compromiso de Cali y lo preocupante es que los ciudadanos siguen sin conocer los planos arquitectónicos y urbanísticos del Pascual Guerrero. Es inaudito que cuando llegue la delegación de la FIFA, a revisar las instalaciones del escenario deportivo de la ciudad, haya poca credibilidad en la organización que el Alcalde Jorge Iván Ospina le dio a éste proyecto. ¿Por qué razón no se conoce su costo real, ni los diseños técnicos, ni se sabe qué es lo que está aprobado por Planeación, en cuanto a la licencia de intervención del espacio público?, ¿Por qué no se conoce la licencia de construcción de la Curaduría y para rematar los escándalos públicos son numerosos y no han tenido respuesta convincente?
El señor Vicepresidente vino a Cali a revisar, pero no dio respuestas sobre las quejas y lo que hizo fue darle una mano a su ahijado político el Alcalde, pero las dudas continúan.
El problema es la ausencia de información que tanto la Alcaldía como el Fondo Mixto para la Promoción del Deporte, han mantenido alrededor del estadio. ¿Por qué la administración y el Concejo Municipal se han caracterizado en manejar los proyectos subterráneamente? La respuesta es muy sencilla, porque es manejado como un negocio privado, no se permitió la participación ciudadana que permitiera conocer cómo va a quedar el escenario más importante de la ciudad. ¿Cumplirá Cali? Es la pregunta del millón.