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Vida Nueva
Por P. Héctor De los Rios L.
2º domingo de Adviento
San Mateo 3, 1-12: «Conviértanse porque ha llegado el Reino d los Cielos»
En esa hermosa poesía profética, Isaías prevé la venida de Jesús, su personalidad, y el Reino de salvación que viene con él. La primera parte de la profecía muestra a Jesús lleno del Espíritu Santo, de sus dones y de sus actitudes evangélicas. La segunda parte muestra los efectos de su Reino en la humanidad. Los símbolos que se emplean, tomados de la vida rural, apuntan a la justicia, la paz y la fraternidad en las relaciones humanas en todas partes. La acción del rey es hacer justicia a los pobres; castigar, dominar, obligar a que sean justos los malvados, los que explotan. De esta acción surge una nueva era, la fraternidad: en la que el hombre deje de ser un lobo para el hombre; tiempo de igualdad, sin agresividades, con verdadera libertad. Bello paraíso, pero es todo un programa.
En esta lectura, San Pablo señala dos cosas: En primer lugar, la necesidad de la Esperanza cristiana, y no sólo para este tiempo de Adviento, sino para toda la vida. Y la lectura de la Biblia es un modo excelente de mantener esta esperanza. En segundo lugar, la universalidad de esta Esperanza cristiana: Cristo vino en la carne, para el bien tanto de los judíos como de los gentiles, así como vendrá en la gracia en la próxima Navidad para el bien de toda la humanidad.
El Evangelio de hoy introduce a Juan Bautista y su mensaje de conversión para preparar al pueblo para la venida de Jesús y su Reino. Previamente, el Evangelio pone énfasis en la austeridad de Juan y en su modo de vida santo. Pues sucede que la gente no cree fácilmente en los predicadores que viven cómodamente o que no viven de acuerdo con lo que predican.
De la misma manera, aquí se nos dice sobre la valentía de la fe de Juan para dar testimonio del Reino de Dios y sus exigencias, aun si a veces se encuentra aislado «como voz que clama en el desierto». Soto así aprendemos el contenido de su mensaje al pueblo. Este contiene varias ideas:
a) la primera y más básica es que el Reino de Dios está cercano. Esta es una buena noticia, porque todo mensaje cristiano es una Buena Noticia, y las exigencias que se siguen de este mensaje básico son para capacitar al pueblo a aceptar y gozar de las gracias del Reino;
b) de ahí la necesidad de conversión. Según el Bautista, la conversión no es buenas intenciones, sino que debemos expresar nuestra conversión practicando obras buenas(«dando fruto»);
c) la conversión no permite ni excusas ni coartadas. Todo el mundo la necesita. («No se confíen en que son hijos de Abraham..»). Como si Juan nos dijera: «No se confíen en que son cristianos practicantes, buenos católicos». Pues toda persona tiene algo que cambiar, algo que mejorar. Y este Adviento es el tiempo para hacerte.
Algunas preguntas para pensar durante la semana
1. ¿En qué aspectos de mi vida mi fie cristiana es una buena noticia para mí?
2. Identifique alguna de las buenas intenciones que ha mantenido desde hace algún tiempo, y que necesita ser puesta en práctica.