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Vida Nueva
Por Héctor De los Ríos L.
Con esta fiesta del Bautismo del Señor de este domingo termina el ciclo de la Navidad. Del Niño recién nacido pasamos al profeta y Maestro, al Ungido por el Espíritu Santo que va a iniciar su misión. Jesús no se hace bautizar porque tuviera necesidad de ello, si para inaugurar el camino de los signos. No necesita Jesús el bautismo porque Él no tiene ninguna culpa. Él es el justo sin tacha.
El significado de su bautismo es este: Según el Evangelio de San Lucas 3,15-16.21-22., Jesús ORA ANTES DE ESTE RITO, ello es signo de que ama al Padre y está unido a Él. Sumergiéndose en el agua del Jordán Jesús CARGA LA CULPA DE TODA LA HUMANIDAD, acepta la muerte por los pecados de todos. La voz del cielo llamándolo HIJO AMADO conforma la certeza de que Jesús participa de la VIDA INDESTRUCITIBLE Y ETERNA DE DIOS. Y, finalmente, el Espíritu Santo en forma de paloma indica que sólo el propio Dios puede comunicar su Espíritu y a su vez Jesús nos comunica a nosotros LA VIDA DE DIOS.
Cuando éramos niños preguntaron a nuestros padres y padrinos: ¿qué piden a la Iglesia para sus hijos? Y ellos respondieron: el Bautismo, la gracia de Cristo, la vida eterna. Son sinónimos, es decir, significan lo mismo. En esta fiesta están los grandes signos que nos hacen creyentes: EL AGUA, EL ACEITE (los óleos), LA VESTIDURA BLANCA, EL CIRIO (LA LUZ). ¿Cómo responderemos a estos grandes dones? ¿Vives en profundidad tu Bautismo?