La Comunicación

Por Vinci Andrés B… el Sáb, 04/06/2011 - 3:53pm

 Por: Ana María Valencia M.

La capacidad para comunicarnos bien, es algo que se aprende solo en la práctica. Dios nos ha dotado de las capacidades para hacerlo, sin embargo en muchas ocasiones tenemos dificultades para comunicarnos con familiares, amigos, compañeros de trabajo y las personas que nos rodean.

Desarrollar las capacidades para poder dialogar de manera acertiva con los demás, toma tiempo. La comunicación es una base de la vida humana. Es vital desde que nacemos, desde antes de pronunciar nuestras primeras palabras ya estamos comunicándonos con el mundo. Es por esto que la comunicación más allá del habla , responde a nuestras raíces, historias, costumbres, crianza, propia psicología y emociones.

Mejorar la comunicación con los demás nos permite disfrutar de relaciones mejores y más duraderas, lo que aumenta las posibilidades de  llegar a realizar sueños o proyectos colectivos.

Algunas pautas que se pueden tener en cuenta para comunicarnos mejor son la siguientes:

1 Ser Sinceros: hablar siempre con la verdad, de buena manera, no esperar a llegar a puntos limites, tratar los temas con objetividad, especialmente cuando se involucran las emociones. Las mentiras, los engaños o las ironías destruyen la comunicación eficaz porque se generan dobles interpretaciones. No actuar de manera sincera sencillamente bloqueando la confianza, y en las relaciones de desconfianza no se prospera, se vive en constante miedo.

2. Ser amable: hablar con tacto, no se trata de hablar con demasiada ternura como a los niños, se trata ser cortés, respetuoso y guardar el lugar de cada uno, sin sobre pasar los limites. Usar sarcasmo, palabras groseras o gritos entorpece la escucha de la otra persona y bloquea el dialogo.

3. Ser oportuno: identificar los momentos adecuados para hablar, momentos de calma, o en el lugar y día indicado no antes ni después de un suceso importante. No esperar mucho cuando hay cosas importante que se deben decir, no acumular resentimientos o preguntas sin resolver.

4. Ser incluyente: hablar tanto de uno mismo como de los demás, por ejemplo cuando se trata de hablar de un error o resolver un problema, incluirse a uno mismo, no solo señalar a los demás. Hacer sentir a la otra persona incluida en el tema, hacerla saber que su vos y voto cuenta.

5. Ser oyentes: escuchar a la otra persona con atención cuando habla, escuchar con la mente en blanco, y en calma, para evitar interpretaciones personales. Preguntar, antes de acusar. Ponerse en el lugar del otro.

Dios nos hace instrumentos en su obra, dejemos que nos enseñe a comunicarnos bien con los demás y con nosotros mismo. Empecemos a ser honestos todos los días, para crecer con nuestra conciencia personal, comunicarnos con nosotros mismos es conocernos, identificar nuestras emociones y pensamientos en diferentes momentos del día.

Siempre podemos hacer una pausa para pensar antes y poder comunicarnos bien, relacionándonos mejor. La comunicación no solo está en las palabras, está en lo que se escribe, se escucha, en las reacciones de nuestro cuerpo, los gestos, los tonos y las acciones. La mayoría de las veces los grandes problemas no tienen nada que ver con las razones que nos queremos creer, su raíz se encuentra en una mala comunicación. Es posible que al ser aclarada la situación, mágicamente ya no exista el problema. Las razones desaparecen, porque se trata de malos entendidos, percepciones personales, intenciones emocionales, etc.

Procuremos entonces, conectar nuestro ser interior con el exterior y en esa unidad cada vez más coordinada, poder ser mejores seres comunicativos.

Búsqueda personalizada

Caliescribe edición especial