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Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.
En el año 2010 un grupo de residentes de la comuna 22 con alto valor cívico, preocupados por los altos índices de inseguridad, crearon una sociedad civil organizada y comprometida en buscar la sensibilización de la participación ciudadana como respuesta a la necesidad sentida de integrar la comunidad en torno al tema de seguridad.
El modelo adoptado no pretendía sustituir los organismos de control y seguridad ciudadana sino contrariamente convertirse en modelo interactivo integrando su resultado a un proceso asociado con el Municipio y la Policía Metropolitana de Cali, articulando acciones y trabajando institucionalmente.
Se había diagnosticado la problemática de seguridad en cuatro grandes planos. El primero era la conformación de bandas delincuenciales organizadas en hurto a residencias, personas y el comercio aprovechando la débil estructura de la policía del cuadrante, la consecuente desconfianza en el organismo estatal y falta de sentido de pertenencia de la policía hacia la comunidad. La segunda característica, propia del caleño, era la indiferencia, individualismo y falta de liderazgo para agrupar la comunidad en torno a un derrotero común. El tercer señalamiento consistía en la desarticulación de las estructuras administrativas de participación ciudadana de las Juntas de Accion Comunal y Juntas Administradoras Locales con la misma comunidad residente. Y la ultima peculiaridad además de la gran área que abarcaba espacialmente la comuna, la poca presencia y autoridad de las dependencias municipales como planeación, ordenamiento urbanístico, gobierno y transito.
Se establecieron cinco ejes de intervención para formular el modelo de seguridad y convivencia ciudadana. El más importante fue buscar el cambio de actitud del residente, como parte de la solución, en participación, solidaridad y veeduría ciudadana para prevenir y disminuir el delito. El segundo eje era aprovechar los avances tecnológicos en herramientas de comunicación y cámaras de seguridad articulando estas entre los organismos de seguridad, la comunidad, el comercio y la empresa privada. Como tercera intervención se busco fortalecer el enlace entre autoridades político administrativas del orden nacional, local, empresas públicas, privadas y la misma comunidad residente. La importancia de este eje permitió la solidaridad e integración conducentes al fortalecimiento institucional de subsanar la ausencia y falta de compromiso frente a la comuna 22. Se rescató el sentido de pertenencia a través de campañas, medios alternativos, actividades comunitarias, pero quizás la mas importante, la relación personal entre actores que promovieron la solidaridad e integración entre los residentes y autoridad. Integrar y articular participativamente la comunidad, la academia, las empresas, la Policía en programas de desarrollo humano y profesional se constituyó en la cuarta plataforma. La última intervención consistió en construir y desarrollar oportunidades de inclusión social de la comunidad vulnerable residente de la misma comuna como veedora excepcional en el proceso de seguridad.
Bajo el liderazgo y compromiso ciudadano de la directora de la Corporación Comuna 22 se inicio el trabajo que hoy arroja resultados extraordinarios. Se fortaleció la estructura policial de la estación comunitaria y sus respectivos cuadrantes, incrementando el número de efectivos, asignación de CAIS móviles y mejoramiento del parque automotor. Se creó la red de apoyo comunitaria integrada a una moderna plataforma de comunicaciones y se identificaron 55 puntos estratégicos para implementar cámaras de seguridad. La sensibilización y participación ciudadana es el resultado de reuniones semanales buscando recuperar la confianza de la comunidad en la policía e incremento en la percepción de seguridad ciudadana. Se logró el respaldo y aval del gobierno nacional, la alta consejería Presidencial para la convivencia y con la Policía Nacional.
El modelo de la Comuna 22 es referente nacional. Cali, enfrentando una de las peores épocas de inseguridad, tiene en su propio patio el piloto para replicar este exitoso referente en las otras 21 comunas y corregimientos de la ciudad logrando así la integralidad de Seguridad y Convivencia Ciudadana que la ciudad clama.
Atrás los individualismos, falta de pertenencia y sentido comunitario. La inseguridad la derrotamos entre todos.