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(Claves para entender la cultura china, ahora que se nos viene)
Los nombres chinos constan generalmente de dos o tres palabras. Primero el apellido y luego el nombre. Nada muy diferente a nuestra organización onomástica. El asunto con ellos es que para los 1,300 millones de habitantes que tienen hay disponibles un total de 100 apellidos comunes. Existen hasta otros 1000 menos usuales, pero son bastante esporádicos y la población, en general, debe arreglárselas con los de siempre. Hay otros aditivos para la confusión. Si bien se puede tener más variedad en el nombre, por ejemplo utilizar adjetivos nuevos, como “esplendorosa”, el equivalente a nuestro “Linda”. Al final no resulta siendo de mucha utilidad, la gente suele llamarse por el apellido. El nombre es sólo para los círculos íntimos del individuo.
Las matemáticas no les dan a los artistas, que viven de ser diferentes, o de por lo menos llamarse diferente, incluso en China. Utilizar su nombre de pila resulta un problema. La posibilidad de que un colega tenga un nombre idéntico al suyo es tan alta como la de contraer un enfermedad vergonzosa en un burdel si se es alérgico al látex. A propósito, los burdeles no se identifican con una tenue luz roja, casi una institución por estos lados del mapamundi. Lo correcto en China, a la hora de marcar un lupanar, es colgar faroles amarillos afuera. Si se ve bien, lo que para ellos representa el rojo llega a teñir, incluso, su bandera, sus trajes de matrimonio y sus fiestas patrias. No es color para una tanga.
En un trato más familiar, entre colegas, se suele usar también "xiâo" o "lâo" delante del apellido, sin añadir el nombre de pila, dependiendo de la diferencia de edad. Cuando alguien se dirige a otro que es menor que él, le llama "xiâo", que quiere decir joven (en este caso), si es mayor, lo llama "lâo" que quiere decir viejo, pero sin el sentido peyorativo o desgastado que le damos en occidente. Por ejemplo, un amigo más joven, dirigiéndose a Zhang, le llamaría "lào Zhäng", un desconocido lo llamaría por el nombre entero: Zhang Xiumu, o bien Zhang xian sheng, que quiere decir Sr. Zhang. Sus maestros lo llaman directamente Xiumu. (Yo debería llamarlo también Xiumu, pero estoy acostumbrada a Zhang que es más corto)
Toda la comida debe estar cortada antes de ponerla al fuego. El recipiente ideal para este tipo de cocción es el wok. Siempre hay que calentarlo un minuto antes de colocarle el aceite, este debe caer por los bordes del recipiente y luego caer en el fondo. Por lo general antes de cocinar los alimentos a este aceite se le agrega ajo y jengibre (si la receta lo requiere) para darle un sabor especial al plato. Cuando la receta lleva carne y verduras, primero se cocina la carne y se la separa y reserva, luego se saltean las verduras. Al estar hechas se le agrega la carne. Durante todo el salteado, los ingredientes se mueven constantemente con los palillos, una cuchara o espátula de madera. Por lo general los platos cocinados con este arte hay que servirlos y consumirlos inmediatamente.A los chinos les gustan las cosa crudas.